Tercera Semana, Martes 24 de septiembre.
Esta sesión no ha seguido la dinámica habitual que hemos realizado hasta
el momento. Esta vez ha sido una clase teórica. En un primer momento, y como ya
se explicó en una de las clases anteriores, el profesor ha explicado,
acompañado de las definiciones correspondientes, los diversos enfoques sobre lo
que es la cultura.
Como elemento recordatorio, hay tres enfoques característicos:
- Enfoque ilustrativo o humanista. “Conjunto de conocimientos no especializados, adquiridos por una persona mediante el estudio, las lecturas, los viajes… Grado de desarrollo científico e industrial, estado social, ideas, arte, de un país o una época. Este no es el concepto que utilizaremos en animación sociocultural”.
- Enfoque antropológico. “Cultura es aquella totalidad compleja que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y todas las demás capacidades y hábitos que el hombre adquiere como miembro de la sociedad” (Taylor, 1871).
- Enfoque desde la animación sociocultural. “Patrimonio que vamos creando, formas de ser y de pensar proyectadas hacia el futuro, o lo que es lo mismo Cultura constructiva” (Ander Egg).
La cultura constructiva se trata de ver aquellas cosas positivas que
pueden modificar el razonamiento de las personas.
Cultura desde el sector de la actividad. “Entendemos la cultura como un
conjunto de actividades y productos de carácter simbólico realizadas en los
ámbitos intelectual, artístico, social y recreativo, concebidos con un carácter
creativo”.
En definitiva, y según nuestro profesor, Carles Monclus, hay que entender
la cultura como una doble besante. Por un lado, como conjunto de Conjunto de
elementos simbólicos, significados y comportamientos compartidos por una
comunidad o grupo humano, y por otro lado como un campo o sector de la
actividad humana centrada en el uso y manipulación de símbolos que se nutre de
este universo simbólico y lo transforma. Ya que, las actividades culturales
transforman la cultura y la forma de entender el mundo.
Por otro lado, cada cultura tiene su política. La política cultural es el
“conjunto estructurado de acciones y prácticas sociales consientes y
deliberadas (o ausencia de ellas), de los organismos públicos (pero también de
otros agentes sociales y culturales) en la cultura entendida básicamente y de
forma restringida como un sector de actividades culturales y artísticas, pero
también de forma indirecta y extensa como a universo simbólico compartido por
la comunidad.”
Pero, ¿Es necesaria una política cultural desde los organismos públicos?
En mi opinión, sí que es necesaria una política cultural impuesta desde los
organismos públicos, ya que las administraciones públicas deben promover y
establecer acciones para que toda la comunidad pueda participar activamente en
la construcción de una cultura que la identifique como propia.
Es por ello, que los organismos públicos, a través de las políticas
culturales tienen la finalidad de facilitar el acceso a la cultura,
construyéndose como un elemento de integración/participación y de aumento de la
cohesión social con el fin de empoderar a la comunidad. También tiene
finalidades educativas en cuanto a facilitar el acceso a los diferentes códigos
estéticos y el desarrollo personal, ambientales, económicas, ya que la cultura
tiene una repercusión indirecta en la producción de bienes y servicios
culturales. Además, de reforzar o reconstruir la identidad colectiva.
Por otra parte, también hemos hablado sobre la democratización de la
cultura en lo que respecta a que todo el mundo tiene derecho a acceder a la
cultura, a las actividades culturales. No obstante, a través de la democracia
cultural, a partir de los años 60, las personas ya no quería acceder a la
cultura, sino crear la suya propia con el fin de introducir la participación
total.
Como bien lo expresa la UNESCO, “Se trata menos de ampliar el acceso a un
tipo de cultura ofrecido por grupos privilegiados que de promover una
diversidad de expansión fundada en el pluralismo social y permitir a la mayoría
una participación directa y activa en la vida cultural. En una época en la que un
número cada vez mayor de jóvenes rechaza una cultura establecida en la que no
reconocen ni el objeto ni la fuente de sus aspiraciones, la cultura debe ser
más que nunca el fruto de la libertad. No solo no debe estar al servicio de la
propaganda política, sino que es preciso en bien de todos se nutra de todas las
corrientes de pensamiento”.
Finalmente, a modo de conclusión, podemos decir que la cultura es como el
sello de identidad de un país, un colectivo, una comunidad… Toda gira en torno
a la cultura. La cultura nos define como personas en el aspecto personal y en
conjunto a una comunidad. Es por ello que los ciudadanos deben crear una
cultura adecuada que pueda responder a sus formas de ser y de vivir, y para
ello se deben realizar actividades culturales donde la comunidad pueda
participar activamente en el proceso de cambio que se produzca alrededor de
dicha cultura, ya que la cultura va cambiando y adaptándose a la comunidad
según la época, el momento en que nos encontramos…
Sara Melero Garrigós
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